Gustavo está recostado contra la pared. Recién son las
diez. Dos veces pidió ver a la nena y dos veces se lo negaron. Hijos de puta,
piensa, se creen los dueños del poder. Abre el libro que descansa en su falda.
Laura Gutman. El puerperio y otro
misterios del alma femenina. Se lo pasó Natalia. Me lo pasó con la
correspondiente paciente, aclara. Mientras sigue leyendo reconfirma su
movimiento interno. Todo arranca de la infancia. Todo se construye allí. Inútil
intentar arreglar la terraza sin conocer los materiales de las bases. Sin
embargo, cuando él intentó remover las estructuras, sus pacientes se defendieron
como pez con anzuelo en la boca. Pero
ahora él está decidido. Ya no se le van a escapar. Hola, hijo lo sorprende la voz de su madre antes que su beso en la
mejilla ¿cómo está mi princesa?
Gustavo experimenta un profundo alivio. Parece
que mejor, con un poco de suerte esta tarde la pasan a una habitación
contesta. ¡Gracias a Dios! exclama su
madre rogué tanto por ella. Gracias a
Grieco quisiera corregirlo él, repentinamente irritado. Así es con mamá, evalúa,
del amor al odio sin escalas. ¿Puedo
verla? No todavía, acompañame a tomar un café sugiere intentando
relajarse. Suben en el ascensor. Ella no
para de hablar. Gustavo se arrepiente de su propuesta. Prefiero un té indica ya sentados tengo el estómago dado vuelta. Gustavo recuerda que, desde niño, a
su madre siempre le dolió el estómago en situaciones críticas. Allá ella, no
está en condiciones de ocuparse de alguien más. ¿Cecilia? Se fue un rato a trabajar. Ustedes están separados, ¿no?
¡Mamá!, ¿qué película te armaste ahora? Nadie quiere contarme nada, tus hijos
son tumbas, se creen que soy idiota; desde que Cecilia regresó todos me eluden;
si no hubiera sido por la enfermedad de la nena, no habría conseguido verlos. Gustavo
recién repara en que nunca le dio instrucciones a los chicos con respecto a la
información a la abuela. No hizo falta, por lo visto. ¿No confiás en tu propia madre? Estamos temporalmente distanciados admite
él, ¿para qué seguir ocultándolo? pero ahora
lo único que tiene que importarnos es Martina. A lo mejor la nena está tratando
de juntarlos dictamina su madre. Gustavo recibe el impacto. Vos siempre fabulando, mamá. Ella ladea
la boca y agita la cabeza. Vayamos
bajando indica él Grieco debe estar por
llegar.
Novela por entregas. Gustavo está iniciando su carrera de terapeuta. Miércoles a miércoles, su propia vida y la de sus cinco pacientes se va modificando. ¿Los acompañamos?
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