Hoy vine solo informa Camilo. ¿Tus
papás no podían venir? pregunta Gustavo. Fui yo el que no quise. ¿Por qué? Porque aquí venía yo, no ellos. ¿Qué
novedades? el chico se encoge de hombros ¿le contaron de Azul a tus hermanos? Sí, este fin de semana. ¿Cómo reaccionaron? Luciana lloró mucho, pero
después se entusiasmó, viste cómo son las mujeres, quiere conocer a la nena ya
mismo, y Tobi no entendió nada, tiene tres años. ¿Seguís con rabia? No y ya me cansé
de hablar de este tema; parece que lo único que existiera en este mundo es
Azul; Luciana me tiene frito con la beba. ¿Y qué otro tema te preocupa? Ninguno
contesta moviendo la boca para uno y otro lado. ¿Ninguno? Ninguno en particular dice dedicado ahora hacerse sonar
los nudillos. La semana que viene
terminan las clases informa luego de un rato. ¿Estás contento? Camilo se queda pensando. Sí y no dice luego de un rato. Explicame,
por favor. Lo que más me gusta es no tener que levantarme temprano. ¿Y por qué
no querés que empiecen las vacaciones? ¡Yo no dije eso!, solo que tengo miedo
de aburrirme un poco. A tus amigos los podés ver igual. No te creas; casi todos
tienen que estudiar ; yo, por suerte, no me llevé ninguna
materia. No es solo cuestión de suerte opina Gustavo algo tendrás que ver vos con el éxito obtenido. Yo tengo mi método;
presto atención en clase y después el día de la prueba me despierto más
temprano, leo una vez el libro o la carpeta y listo; no sé qué les pasa a los
otros. A lo mejor no tienen tanta facilidad para el estudio. Camilo se
encoge de hombros. Y como están
estudiando este mes no va a ver ninguna fiesta. La madre del borrego, piensa Gustavo. ¿Sofía también se lleva materias? No contesta
Camilo con energía es rebuena alumna
después hace una pausa y lo mira a Gustavo ¿por qué me preguntaste por ella? Porque pensé que ahora que se
terminan las clases ya no la verás todos los días y si, además, no hay fiestas…
Sí, es una cagada. Tendrás que pensar en un plan B. Camilo lo mira con
atención. ¿Plan B?, no te entiendo.
Tendrás que encontrar algún recurso que te permita verla. Yo no te dije que
quiero verla. Gustavo sonríe. Camilo se pone colorado y baja la cabeza. Tenés razón admite sí que quiero. ¿Le contaste al hermano, Leo creo que se llama, que ella
te gusta? No, pero igual él siempre me carga. Gustavo se queda pensando. ¿Por qué no te ofrecés a ayudarlo a estudiar y con ese pretexto vas a su casa? Los ojos de Camilo se iluminan. Es una idea posta, ¡sos lo más! Una honda satisfacción desciende sobre Gustavo.
Allá Ana María si lo reta por dar consejos.
En cuanto Camilo se va, Gustavo se dirige al teléfono.
Atiende Cecilia. ¿Cómo está la nena? pregunta
él. Sigue durmiendo informa ella. ¿Tiene fiebre? No parece. ¿Nacho llegó? Sí,
¿querés que te lo pase? No, enseguida tengo una paciente; mandale un beso; y
otro para Martina cuando se despierte. Gustavo corta molesto. ¿Qué hace
ella instalada en la casa como si nada hubiera pasado? Quizás es un plan tejido
entre madre e hija. QuizáCecilia planea desterrarlo a él. Que ni se lo sueñe.
Va a la cocina y toma un vaso de jugo. Recién entonces se recupera como profesional.
¿Cómo será el reencuentro con María Inés? ¿Vendrá?, se pregunta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario