Tras un largo rato de hablar sobre la película que vio
el fin de semana, Camilo informa ayer le
pregunté a mi papá por qué había llegado tarde el día del accidente. Como calla, Gustavo inquiere
¿qué te contestó? Camilo sonríe de
costado que no se acordaba; empezó a decir boludeces; me dio vergüenza. ¿Vergüenza? Por él contesta el chico, se echa el
cabello hacia atrás y agrega por suerte
mamá nos llamó a comer. Se queda un rato mirando por la ventana y luego
dice no sé por qué mierda no me miente.
¿Cómo es eso? Que es un boludo, hubiera inventado cualquier cosa así no lo
jodía más. Camilo lo mira a los ojos y plantea ¿qué te parece que pasó? ¿Y a vos? repregunta Gustavo. Algo
malo, si no me lo diría. ¿Cómo qué? ¡Qué sé yo! dice en mal tono ¡y qué mierda me importa!, no quiero hablar más. Busca las muletas,
se incorpora, camina hasta la ventana, apoya la frente en el vidrio. Salió el sol informa y luego agrega capaz que hoy voy a estudiar a lo de Leo, tenemos
que hacer un trabajo sobre los griegos. ¿De qué depende? De nada, voy. Gustavo revisa en sus neuronas. Entonces Sofía no va a estar. Camilo
gira bruscamente, tanto que trastabilla. ¿Quién
te dijo? Vos comentaste que la hermana de Leo se llama Sofía. Te dije tantas
cosas, ¿cómo te acordás? Porque me hablaste bastante de ella. ¿Sí? Dijiste que
era muy linda. Las mejillas de Camilo se encienden. Me contaste, también, que las mujeres no dejaban estudiar, ¿qué te hizo
cambiar de opinión? El chico se
encoge de hombros. ¿Para qué me preguntás
lo que ya sabés? dice mientras se apoya nuevamente en la ventana ahí llegó mi papá informa y agrega,
sonriendo, pícaro como vos siempre decís,
la seguimos la próxima. A este pibe lo
quiero, descubre Gustavo.
Ya subi al
micro lee Gustavo. Avisame
cuando llegues a casa, muñequita teclea. Las manos en los bolsillos,
Gustavo se ubica en el sitio que Camilo dejó vacante. La frente sobre el
cristal. Qué estará haciendo Cecilia. Ya más de una semana sin ella. Sin ella dice en voz alta. Sobrevivo,
piensa, mientras los dedos descubren un papelito arrugado. Lo extrae, intenta
alisarlo. El ticket de la tintorería. Le tiene que pedir a Juana que retire el
pantalón. Si no salió la mancha, tendrá que comprarse otro. La grasa de
bicicleta es infernal. A la de Martina se le sale la cadena a cada rato.
Siempre le compraba los pantalones Cecilia. Mismo modelo, distinto color. Ni sabe cuál es su talle.
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