lunes, 7 de octubre de 2013

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Miércoles 12
Gustavo abre los ojos. Le llega el ruido del desayuno. Miércoles. El próximo miércoles Cecilia ya no estará aquí. Cuando escucha el ruido de la puerta, se levanta. No puedo con mi vida, piensa. El mensaje de ayer terminó de demolerlo, Andrés tardaría meses en recuperarse. El número de teléfono del reemplazante sugerido, duerme en el cajón de la mesita de luz. Con qué energía comenzar una nueva terapia. Se está afeitando cuando recuerda la prueba de Martina. Suerte le escribe. Gracias papi te amo contesta la nena instantes después. Debajo de la espuma de afeitar aparece una sonrisa.

Gustavo se para en la puerta y recorre el local con la mirada. Santiago le hace una seña. Él se acerca. ¿Café con leche? le consulta su amigo y ante el asentimiento de Gustavo le indica al mozo que ya se aleja otro. Gustavo se sienta. ¿Novedades? pregunta Santiago. Cecilia se va el miércoles próximo. ¿Y me lo decís así? ¿Y cómo querés que te lo diga? ¡Puteando! Ni fuerzas tengo contesta encogiéndose de hombros. ¿Cuál es el proyecto? Dos meses allí y luego a trabajar de secretaria privada en Puerto Madero. Me importa poco el plano profesional dice Santiago. Dijo que probará la relación con el tipo y que sobre la base de eso decidirá qué sucederá al regreso. ¿Quiere ver cómo la coje? Consigna del día, hacerlo sentir peor a Gustavo, a ver cómo lo consigo. Es que me saca tu sangre fría explica Santiago. Ya está, San, ya la perdí, lo que venga es anecdótico dice y le cuenta los planteos de Cecilia, reiterados una y otra vez a lo largo de la semana.  ¿Y vos qué sentís? Envidia es la primera palabra que cruza por la mente de Gustavo parece comerse la vida. ¿Qué les dijo a los chicos? Que se va a trabajar. ¿Y cómo te vas arreglar con la casa y los pendejos? Cecilia ya le pidió a Juana que venga todos los días, mi vieja y mi suegra colaborarán, supongo. ¿Cómo se lo tomaron? Martina hizo una escena, pobrecita; Nacho no dijo nada. Con el quilombo que estaba haciendo la hermana, otra no le quedaba comenta Santiago, toma un trago de café, lo mira y pregunta ¿y vos? Ya te dije, no me jodas. Se dedican a las medialunas hasta que Santiago regresa a la carga. ¿La vas a recibir si decide volver? No va a volver. No te vayas por las ramas. Gustavo llama al mozo. Tengo curso se justifica. Ojalá te sea más útil que yo comenta su amigo.  Lo único que me falta es que te hagas el mártir dice Gustavo, sonriendo y luego se acuerda ¿qué te dijo el contador?


Esta vez logra prestar atención. Mucha atención.  Abordaje sistémico de la terapia de pareja. Qué absurdo, recién ahora piensa que deberían encarar una terapia. Como dice el profesor, tanto para seguir como para separarse. No cree que ella quiera. Además, solo sería posible vía Skype, ella en Chile; él y el terapeuta acá. No sabe por qué le causa gracia. Se pone una mano en la cara para ocultar la sonrisa. Tiene todavía una semana por delante. Está tan vencido que no sabe cómo aprovecharla. Aunque ahora la prioridad es ver cómo se arregla con los chicos. Martina le parte el corazón. Esta semana lo va a llamar a Grieco. Todos ríen y no tiene la menor idea de qué. La puta otra vez se distrajo.

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