jueves, 19 de diciembre de 2013

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Daniela entra radiante, las mejillas sonrosadas. Arrebolada, define Gustavo. ¿Sabe cuál fue el regalo del día de la madre? comienza la sesión. Él, sonriendo, niega con la cabeza. Lucas me dijo mamá informa, se echa el cabello hacia atrás y continúa me contó Ariel que hace semanas que vienen practicando, en el auto de papá, cuando lo lleva a la sicóloga; él le puso el paquete entre las manos y el nene vino caminando, todo durito y me lo entregó; Ariel, mirándolo, le dijo ¨feliz día mamᨠy Luquitas, los ojos en los labios del padre, repitió ¨mamá¨. Gustavo necesita tragar saliva. No lo podía creer, todavía no puedo creerlo; no solo que mi hijo haya podido decir una palabra sino que el padre se la haya enseñado se le llenan los ojos de lágrimas cada vez que pienso en eso me conmuevo  Gustavo le tiende la caja de pañuelos perdóneme, ya debe estar aburrido de mis lágrimas; pero si usted tiene carilinas debe ser porque no soy yo la única que llora. Desde luego que no comenta Gustavo y no necesitás disculparte, celebro tus lágrimas, ellas te permiten expresar tus emociones. Lo mejor de venir acá es que ante usted puedo desarmarme. Es muy interesante lo que decís; en ciertas oportunidades moviendo una pieza equivocada puede  lograrse que un rompecabezas recupere la armonía original. Daniela busca una pastilla en su bolsillo y se la coloca en la boca. A veces se me seca la garganta explica. ¿A veces cuándo? Daniela se queda reflexionando. Cuando estoy mucho en lo que digo concluye y rápidamente añade Lucas está mejor; hace menos berrinches, más allá del ¨mamᨠsonríe con dulzura parece que está intentando empezar a comunicarse; ayer me tomó de la mano y me llevó hasta la heladera; antes solo lloraba y me correspondía a mí decodificarlo. Parece que la apertura de tu hijo hacia la comunicación impulsa la tuya. ¿Por qué lo dice? Por como te expresás hoy. Daniela se queda mirando a través de la ventana un largo rato. ¿En qué pensás? pregunta Gustavo. Nunca se lo comenté dice bajando la vista pero desde que comenzaron los problemas con el nene perdí todo deseo sexual; al principio Ariel insistía pero hace unos días me di cuenta de que ya ni lo intenta. ¿Y cuándo reparaste en ello? La otra noche; después de mucho tiempo me sentí excitada las mejillas se le colorean pensé que si se acercaba lo iba a aceptar; pero no se acercó; y a la noche siguiente tampoco. ¿Intentaste tomar la iniciativa?  Daniela parece sorprendida no, en nuestra pareja no funciona así. ¿Y quién puso las reglas? Ella se encoge de hombros. Nadie, así se fue dando. Si no hay un estatuto que lo prohíba dice él sonriendo nada impide que puedas modificarlas. Se me pasó por la cabeza que pueda andar con otra mujer. ¿Le comentaste algo? ¡No!, ahora que está mejor con el nene, no quiero provocar nada que pueda alterarlo. Me gustaría que me contaras cómo se han relacionado sexualmente desde que conformaron la pareja. Nunca tuvimos problemas al respecto cuenta ella aunque tampoco fue el centro del vínculo; yo diría que nuestros encuentros han sido castos. Curioso adjetivo asociado al sexo; ¿Ariel fue el promotor de ese tipo de relación? ¡No!, fui yo admite ella pero él siempre me respetó, a mí no me gustan las cosas raras. Y en los últimos meses no te gustaron ni siquiera las cosas castas. No se ría de mí dice ella me da mucha vergüenza hablar de esto. Quizá consideraste que no estaba bien que una madre preocupada por su hijo disfrutara sexualmente. Puede ser  admite ella. Tal vez ahora, que sentís que tu hijo va progresando te das permiso para gozar. Sí, pero ahora Ariel no quiere. ¿Qué podría pasar si fueras vos la que tomara la iniciativa?  Daniela se queda mirándolo. Se sorprendería mucho. ¿Se disgustaría? No, qué va dice ella sonriendo. Gustavo se incorpora. Dejemos acá indica.


No me comuniqué con los chicos, descubre Gustavo en cuanto despide a Daniela. No pensé en ellos, se rectifica. Se dirige, apurado, hacia el teléfono. Hola, princesita, ¿cómo estás? ¡Enojada porque no me llamaste! Pero te estoy llamando ahora; tuve mucho trabajo. Me imagino que hoy venís, ¿no? ¿Y por qué no habría de ir? ¡El miércoles pasado no viniste!  Aprendiz de bruja, la mocosa. Habrá un invitado sorpresa esta noche. ¡¿Mami?!  A Gustavo se le estruja el alma. No, corazón, mami está trabajando en Chile, va a ir el tío Santiago, ¿Le pediste que me traiga Nutela? ¡Cómo le voy a pedir! No importa, seguro que igual me trae; ahora le aviso a Juana que ponga otro plato.  Gustavo descubre que también se olvidó de avisarle a Juana. Imagina su malhumor. Decile a Juana que no se preocupe, que yo compro cualquier cosa. No, papi, está cocinando pastel de papas y eso, ¿sabés?, rinde. Corta con una sonrisa. Adorable la chiquilina. Tercer descubrimiento de la noche: no preguntó por Nacho. Va a volver a llamar cuando controla el reloj. Sale corriendo. Llegará tarde.

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