Daniela entra
radiante, las mejillas sonrosadas. Arrebolada, define Gustavo. ¿Sabe cuál fue el regalo del día de la
madre? comienza la sesión. Él, sonriendo, niega con la cabeza. Lucas me dijo mamá informa, se echa el
cabello hacia atrás y continúa me contó
Ariel que hace semanas que vienen practicando, en el auto de papá, cuando lo
lleva a la sicóloga; él le puso el paquete entre las manos y el nene vino
caminando, todo durito y me lo entregó; Ariel, mirándolo, le dijo ¨feliz día
mamᨠy Luquitas, los ojos en los labios del padre, repitió ¨mamá¨. Gustavo
necesita tragar saliva. No lo podía
creer, todavía no puedo creerlo; no solo que mi hijo haya podido decir una
palabra sino que el padre se la haya enseñado se le llenan los ojos de
lágrimas cada vez que pienso en eso me
conmuevo Gustavo le tiende la caja
de pañuelos perdóneme, ya debe estar
aburrido de mis lágrimas; pero si usted tiene carilinas debe ser porque no soy
yo la única que llora. Desde luego que no comenta Gustavo y no necesitás disculparte, celebro tus
lágrimas, ellas te permiten expresar tus emociones. Lo mejor de venir acá es
que ante usted puedo desarmarme. Es muy interesante lo que decís; en ciertas
oportunidades moviendo una pieza equivocada puede lograrse que un rompecabezas recupere la
armonía original. Daniela busca una pastilla en su bolsillo y se la coloca
en la boca. A veces se me seca la garganta
explica. ¿A veces cuándo? Daniela se
queda reflexionando. Cuando estoy mucho
en lo que digo concluye y rápidamente añade Lucas está mejor; hace menos berrinches, más allá del ¨mamᨠsonríe
con dulzura parece que está intentando
empezar a comunicarse; ayer me tomó de la mano y me llevó hasta la heladera; antes
solo lloraba y me correspondía a mí decodificarlo. Parece que la apertura de tu
hijo hacia la comunicación impulsa la tuya. ¿Por qué lo dice? Por como te
expresás hoy. Daniela se queda mirando a través de la ventana un largo
rato. ¿En qué pensás? pregunta
Gustavo. Nunca se lo comenté dice
bajando la vista pero desde que
comenzaron los problemas con el nene perdí todo deseo sexual; al principio
Ariel insistía pero hace unos días me di cuenta de que ya ni lo intenta. ¿Y
cuándo reparaste en ello? La otra noche; después de mucho tiempo me sentí
excitada las mejillas se le colorean pensé
que si se acercaba lo iba a aceptar; pero no se acercó; y a la noche siguiente
tampoco. ¿Intentaste tomar la iniciativa? Daniela parece sorprendida no, en nuestra pareja no funciona así. ¿Y
quién puso las reglas? Ella se encoge de hombros. Nadie, así se fue dando. Si no hay un estatuto que lo prohíba dice
él sonriendo nada impide que puedas
modificarlas. Se me pasó por la cabeza que pueda andar con otra mujer. ¿Le
comentaste algo? ¡No!, ahora que está mejor con el nene, no quiero provocar
nada que pueda alterarlo. Me gustaría que me contaras cómo se han relacionado
sexualmente desde que conformaron la pareja. Nunca tuvimos problemas al
respecto cuenta ella aunque tampoco
fue el centro del vínculo; yo diría que nuestros encuentros han sido castos.
Curioso adjetivo asociado al sexo; ¿Ariel fue el promotor de ese tipo de
relación? ¡No!, fui yo admite ella pero
él siempre me respetó, a mí no me gustan las cosas raras. Y en los últimos
meses no te gustaron ni siquiera las cosas castas. No se ría de mí dice
ella me da mucha vergüenza hablar de
esto. Quizá consideraste que no estaba bien que una madre preocupada por su
hijo disfrutara sexualmente. Puede ser admite ella. Tal vez ahora, que sentís que tu hijo va progresando te das permiso
para gozar. Sí, pero ahora Ariel no quiere. ¿Qué podría pasar si fueras vos la
que tomara la iniciativa? Daniela se
queda mirándolo. Se sorprendería mucho.
¿Se disgustaría? No, qué va dice ella sonriendo. Gustavo se incorpora. Dejemos acá indica.
No me comuniqué
con los chicos, descubre Gustavo en cuanto despide a Daniela. No pensé en ellos,
se rectifica. Se dirige, apurado, hacia el teléfono. Hola, princesita, ¿cómo estás? ¡Enojada porque no me llamaste! Pero te
estoy llamando ahora; tuve mucho trabajo. Me imagino que hoy venís, ¿no? ¿Y por
qué no habría de ir? ¡El miércoles pasado no viniste! Aprendiz de bruja, la mocosa. Habrá un invitado sorpresa esta noche.
¡¿Mami?! A Gustavo se le estruja el alma.
No, corazón, mami está trabajando en
Chile, va a ir el tío Santiago, ¿Le pediste que me traiga Nutela? ¡Cómo le voy a pedir! No importa, seguro
que igual me trae; ahora le aviso a Juana que ponga otro plato. Gustavo descubre que también se olvidó de
avisarle a Juana. Imagina su malhumor. Decile
a Juana que no se preocupe, que yo compro cualquier cosa. No, papi, está
cocinando pastel de papas y eso, ¿sabés?, rinde. Corta con una sonrisa.
Adorable la chiquilina. Tercer descubrimiento de la noche: no preguntó por
Nacho. Va a volver a llamar cuando controla el reloj. Sale corriendo. Llegará
tarde.
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