sábado, 28 de diciembre de 2013

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Lucas dice agua informa Daniela pronuncia clarito; me dijo la fonoudióloga que cree que va a aprender a hablar; ahora lo sigue mucho al padre; cuando quiere algo, viene y lo agarra de la mano; Ariel lo entiende bastante. No tanto como a vos. ¡Soy la madre! dice ella e inmediatamente, mirando la alfombra, informa ¿a qué no sabe a dónde lo invité a mi marido? Gustavo eleva los hombros y cejas. A un hotel  mira a Gustavo y sonríe ante su expresión de sorpresa  fue su cumpleaños sigue explicando y le dije que tenía un regalo especial para él; como yo no manejo lo fui guiando, el no entendía nada; cuando llegamos, creyó que le estaba haciendo una broma y se río; todo estuvo a punto de fracasar porque me ofendí y me dio una vergüenza tremenda; pero finalmente, entramos; le juro que nunca hicimos el amor así; en ese ámbito yo me sentía otra; cuando se cumplieron las dos horas la llamé a mi mamá y le pregunté si me bancaba otro rato; pasamos la tarde completa hablando y abrazándonos; con Lucas dando vueltas, hace dos años que no podemos estar tranquilos; cuando le dije que había pensado que tenía otra le agarró un ataque de risa; fue hermoso. Gustavo la observa: ella está hermosa. Sonrosada, los ojos brillantes. Ariel propuso que repitiéramos la experiencia al menos una vez por mes; es maravilloso sentirse la amante de tu marido busca una pastilla en la cartera, se abraza con ambos brazos y dice gracias, sin usted no hubiera descubierto que era capaz de tomar la iniciativa. Sus palabras caen sobre Gustavo como un bálsamo.


Frente al semáforo, Gustavo llama. San, ¿me hacés el favor de pasar a buscar a los chicos?, yo estaré en lo de mi vieja alrededor de las nueve y cuarto. Le tocan la bocina. Arranca. Friends will be friends, tararea.

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