No sé cómo no se me había ocurrido antes capitalizar
mi experiencia con el Autocad comenta Raúl luego de atribuir al tránsito los minutos de demora. Quizá porque pensás más en las cosas que no
sabés hacer que en las que sí. Ya me
hice una página web, mi hijo mayor me ayudó; averigüé por aranceles potables sonríe
con frescura hoy a la mañana recibí las
primeras dos consultas, uno parece que prendió, ni que hubiera recibido dos
cheques por diez mil dólares, me puse tan contento; ¿te parezco un pelotudo?,
¿no?; cincuenta años y entusiasmado como un pibe con un juguete nuevo. Me
parecés un hombre con un proyecto indica Gustavo. Hace rato que no tenía más proyecto que odiar a mi viejo reconoce
Raúl un odio que, como un veneno, me va
quitando las fuerzas. Tal vez llegó el momento de que empieces a actuar no en
contra de tu padre sino a favor tuyo. El domingo nos reunimos por el día de la
madre; se lo comenté a mi viejo, ¿qué te parece que me dijo el rey de
Textilandia? Gustavo se pone alerta, de ninguna manera va a permitir que,
otra vez, le socave la autonomía. Arriesga
algo propone Raúl, sonriendo. Lo mío
no es la adivinación dice Gustavo levantando las palmas. Que era una buena idea; por una vez en la
vida mi viejo me dio el okey; ¿estará tramando algo?; me ofreció alguna de sus
múltiples oficinas para dar los cursos Gustavo levanta las cejas no, no te alarmes, le dije que en casa me
arreglaré perfectamente. ¿Lisa qué
opina? Que mientras no exija una inversión todo va bien; dice que no tengo nada
por perder y que sería bárbaro que pudiera enseñar algo que siempre me gustó
tanto; ¿sabés?, estuve a punto de ofrecerle a Sebastián unos pesos para
manejarme la página, pero después decidí que mejor no contaminar la relación;
algo se aprende de la experiencia propia. Gustavo lo mira sonriendo. Hoy
estoy de más, piensa. Además mi amigo me
aceptó el presupuesto para arreglarle la casa; ¿qué te pasa que estás mudo? pregunta
Raúl como si le hubiera leído la mente. Solo
satisfecho de escucharte. Raúl lanza una carcajada. Luego mira el reloj me tengo que ir un rato antes, cité al
técnico de la compu a las seis, después no podía; necesito agregarle memoria. Gustavo
se incorpora. No te podrás quejar, hoy no
te di trabajo dice Raúl. Gustavo le tiende la mano. Raúl se la estrecha con fuerza. Gracias por el empujón dice.
Apoyado en la
puerta que acaba de cerrar Gustavo sigue sonriendo. Orgulloso. Estoy haciendo
un buen trabajo, se dice. Recuerda cuánto lo irritaba Raúl. Le encontré la
mano, decide. Muy orgulloso está. El
poder de Grayskull. Disfruta pensando los logros que podrá contarle a
Natalia. Pensar en ella le produce una ligera excitación. Va al baño y orina.
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