miércoles, 18 de diciembre de 2013

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No sé cómo no se me había ocurrido antes capitalizar mi experiencia con el Autocad comenta Raúl luego de atribuir al tránsito los minutos de demora. Quizá porque pensás más en las cosas que no sabés hacer que en las que sí.  Ya me hice una página web, mi hijo mayor me ayudó; averigüé por aranceles potables sonríe con frescura hoy a la mañana recibí las primeras dos consultas, uno parece que prendió, ni que hubiera recibido dos cheques por diez mil dólares, me puse tan contento; ¿te parezco un pelotudo?, ¿no?; cincuenta años y entusiasmado como un pibe con un juguete nuevo. Me parecés un hombre con un proyecto indica Gustavo. Hace rato que no tenía más proyecto que odiar a mi viejo reconoce Raúl un odio que, como un veneno, me va quitando las fuerzas. Tal vez llegó el momento de que empieces a actuar no en contra de tu padre sino a favor tuyo. El domingo nos reunimos por el día de la madre; se lo comenté a mi viejo, ¿qué te parece que me dijo el rey de Textilandia? Gustavo se pone alerta, de ninguna manera va a permitir que, otra vez, le socave la autonomía. Arriesga algo propone Raúl, sonriendo. Lo mío no es la adivinación dice Gustavo levantando las palmas. Que era una buena idea; por una vez en la vida mi viejo me dio el okey; ¿estará tramando algo?; me ofreció alguna de sus múltiples oficinas para dar los cursos Gustavo levanta las cejas no, no te alarmes, le dije que en casa me arreglaré perfectamente.  ¿Lisa qué opina? Que mientras no exija una inversión todo va bien; dice que no tengo nada por perder y que sería bárbaro que pudiera enseñar algo que siempre me gustó tanto; ¿sabés?, estuve a punto de ofrecerle a Sebastián unos pesos para manejarme la página, pero después decidí que mejor no contaminar la relación; algo se aprende de la experiencia propia. Gustavo lo mira sonriendo. Hoy estoy de más, piensa. Además mi amigo me aceptó el presupuesto para arreglarle la casa; ¿qué te pasa que estás mudo? pregunta Raúl como si le hubiera leído la mente. Solo satisfecho de escucharte. Raúl lanza una carcajada. Luego mira el reloj me tengo que ir un rato antes, cité al técnico de la compu a las seis, después no podía; necesito agregarle memoria. Gustavo se incorpora. No te podrás quejar, hoy no te di trabajo dice Raúl. Gustavo le tiende la mano.  Raúl se la estrecha con fuerza. Gracias por el empujón dice.

Apoyado en la puerta que acaba de cerrar Gustavo sigue sonriendo. Orgulloso. Estoy haciendo un buen trabajo, se dice. Recuerda cuánto lo irritaba Raúl. Le encontré la mano, decide. Muy orgulloso está. El poder de Grayskull. Disfruta pensando los logros que podrá contarle a Natalia. Pensar en ella le produce una ligera excitación. Va al baño y orina.

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