Empecé a
trabajar desde casa informa Daniela.
¿Cómo te resulta? No fue fácil comenta
ella mientras saca una pastilla del paquete creí
que iba a poder hacerme cargo del nene mientras trabajaba pero tenía que
interrumpir a cada rato; ahora está viniendo mamá; prepara la comida, le cambia
los pañales, atiende a la fonoaudióloga; cuando el nene se pone difícil me
avisa y en un ratito lo soluciono; no sé qué haría sin ella. ¿Te envían todos
los profesionales a tu casa? pregunta Gustavo, sorprendido. Solo
la fonoaudióloga, la sicóloga, no. ¿Lo llevás vos? Daniela se ruboriza
ligeramente, baja la vista. No puedo
porque es el día que voy a la oficina; lo lleva Ariel; la mujer nos pidió que
evitáramos los cambios. ¿Lucas ofrece resistencia a ir con el papá? Para
nada, me contó mi mamá que en cuanto
aparece Ariel a buscarlo, se arrima y le tiende la manito; los lleva mi papá en
el auto y después los pasa a buscar, y los acerca a casa. Gustavo la observa, en silencio, sonriente. ¿Por qué me mira así? pregunta ella, arreglándose el cabello. ¿Seguís pensando que estás sola para ocuparte de tu hijo?
Ni bien despide a Daniela, Gustavo busca el celular. Creí que te habías arrepentido contesta
Natalia. Recién termino de atender y ya
salgo para mi terapia; me desocupo a las ocho y media, por Villa Freud; acepto
sugerencias.
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