lunes, 9 de diciembre de 2013

94

Empecé a trabajar desde casa informa Daniela. ¿Cómo te resulta? No fue fácil comenta ella mientras saca una pastilla del paquete creí que iba a poder hacerme cargo del nene mientras trabajaba pero tenía que interrumpir a cada rato; ahora está viniendo mamá; prepara la comida, le cambia los pañales, atiende a la fonoaudióloga; cuando el nene se pone difícil me avisa y en un ratito lo soluciono; no sé qué haría sin ella. ¿Te envían todos los profesionales a tu casa? pregunta Gustavo, sorprendido.  Solo la fonoaudióloga, la sicóloga, no. ¿Lo llevás vos? Daniela se ruboriza ligeramente, baja la vista. No puedo porque es el día que voy a la oficina; lo lleva Ariel; la mujer nos pidió que evitáramos los cambios. ¿Lucas ofrece resistencia a ir con el papá? Para nada,  me contó mi mamá que en cuanto aparece Ariel a buscarlo, se arrima y le tiende la manito; los lleva mi papá en el auto y después los pasa a buscar, y los acerca a casa.  Gustavo la observa, en silencio, sonriente. ¿Por qué me mira así?  pregunta ella, arreglándose  el cabello. ¿Seguís pensando que estás sola para ocuparte de tu hijo?


Ni bien despide a Daniela, Gustavo busca el celular. Creí que te habías arrepentido contesta Natalia. Recién termino de atender y ya salgo para mi terapia; me desocupo a las ocho y media, por Villa Freud; acepto sugerencias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario