domingo, 22 de diciembre de 2013

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Miércoles 31

Sí, papá, ya estoy yendo contesta Gustavo mientras maneja. Nacho, a su lado, pregunta ¿te gusta trabajar con el abuelo? Él se queda desconcertado.  Hace mucho que no se lo plantea. ¿Para qué? , ¿tiene otra opción? Ya me acostumbré contesta, intentando ser sincero. No sé si me gustaría trabajar con vos dice el chico y como sigue de largo en la esquina de la escuela  lo alerta ¡pa, te pasaste!

Baja del auto y está por tocar el timbre cuando cambia de opinión. Camina hasta el kiosco de la esquina y compra flores. La cara de ella se ilumina al descubrirlas tras el vidrio. Suben en el ascensor, besándose. Obviando la mesa puesta, se abalanzan hacia el dormitorio. Ella grita cuando acaba. Gustavo repara en que Cecilia jamás gritó. Luego, duchados y vestidos, desayunan perfumados por los jazmines. Él, después de mucho tiempo, se siente pleno.


Gustavo decide matar dos pájaros de un tiro. Hola, mamá, ¿te parece que vayamos a tu casa esta noche? Está por pedirle que prepare más comida cuando decide que no tiene ningún sentido: su madre siempre cocina en exceso. Le dará una sorpresa.

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