Hace casi media
hora que Gustavo escucha hablar a Raúl sobre política. Ahora sobre la
conferencia de Stiglitz en Económicas.
Es
lo que yo siempre le digo a Lisa, ninguna
economía se recupera a través de la austeridad. Gustavo lo mira,
interesado. Explicame pide. Lisa cree que reducir los gastos nos va a
solucionar los problemas, pero es totalmente al revés. No te sigo. Hay que pensar en grande, no reducirse, invertir
los gestos de Raúl son enérgicos, ampulosos es la única manera de despegar. Gustavo busca un anzuelo. Para invertir se necesita un capital. Raúl
detiene sus movimientos, lo mira. ¿Qué querés
decirme? ¿Qué creés que quiero decirte? Raúl aprieta las manos cruzadas. Dejemos de jugar al gran bonete; me saca que
repitas todo lo que digo sonríe, despectivo a veces me pregunto si me sirve para algo gastar tanta plata viniendo
acá. La teoría de Lisa acota
Gustavo. Se me está acabando la
paciencia. Lo que te irritó fue la
mención del capital, ¿estoy en lo cierto? Raúl calla. ¿Qué representa para vos el capital? Silencio. ¿Quién lo representa? Más
silencio. ¿El rey de Textilandia? Basta,
Gustavo, estoy harto de que me jodas. Raúl se incorpora, busca el dinero en
el bolsillo y lo deja sobre la mesa con brusquedad. De acuerdo dice Gustavo continuaremos
la semana que viene.
Gustavo está
satisfecho. Raúl no consiguió alterarlo. Ha recuperado su imagen, tan
debilitada por la sesión anterior. Se acerca al teléfono. Hola, papi la vocecita de Martina. ¿Con quién estás, preciosa? Nacho
fue a la librería, ya vuelve. ¿Y mamá?
Vino hace un rato pero volvió a salir contesta
la nena. ¿Adónde fue? ¡Ni idea, preguntale a ella! los ladridos del perro de
fondo ¿cuándo venís vos? Alrededor de las
nueve y media Gustavo escucha la puerta del ascensor ¿qué querés que te lleve? El timbre. Churros rellenos con dulce de leche. Él cabecea sonriendo. ¡Algo más fácil, Marti! pide. ¡¡Porfi, papi!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario