miércoles, 20 de noviembre de 2013

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¿Se peleó con su personal trainer? comenta Gustavo cuando ve entrar a Laura con traje saco y zapatos de taco alto. Al sonreír, ella agita el cabello. No, vengo de la editorial; no se imagina lo bien que me trataron. ¿Usted suponía que no iba a ser así?  Laura durante un buen rato habla sobre su encuentro con el responsable de diseñar la tapa. ¿Le mostró la foto que había seleccionado? ¿Cómo hace para acordarse de todo? pregunta ella, arqueando las cejas. ¿Se la mostró? insiste él. No, me dio vergüenza reconoce ella quién soy yo para darle indicaciones a un profesional. Otra profesional, que, por algún motivo, había elegido esa foto le aclara él. Me dejó su dirección de mail, por ahí se la mando si a usted le parece. No le estoy dando indicaciones, Laura, solo sugiero que haga conocer sus deseos, deje a los otros la posibilidad de que le digan sí o no. Puede ser dice ella que luego de una pausa informa el domingo fue el cumpleaños de Luis; fuimos todos a almorzar afuera. ¿Su hijo también? Sí, hacía más de siete meses que no lo veía; hasta último momento pensé que no iba a ir. Sin embargo fue recalca él. Sí, se sentó en la otra punta y casi no me dirigió la palabra, pero fue; en un momento María sugirió que para el día de la madre nos reuniéramos en su casa; mucha gracia no me causó, siempre nos reunimos en la nuestra;  de a poco me van desplazando. Quizá su hija pensó que en terreno neutral sería más fácil para Federico. Ni se me ocurrió admite Laura sí, tal vez. ¿Y qué dijo su hijo? Ni sí, ni no; fue raro verlo, por momentos sentí que ese no era mi hijo; parecía más grande, se dejó la barba, no le conocía la ropa; me sorprendió hasta el tono de voz; como si hubiera crecido a mis espaldas. Quizá precisó tomar distancia para que usted pudiera verlo como es realmente. Sí, mi hijo ya es un hombre. ¿Cuántos años tiene? Veintiséis contesta Laura y los ojos se le llenan de lágrimas. María puso un gimnasio, Paula está planeando un jardín de infantes y su hijo pudo vivir ocho meses sin su asistencia; ¿tanto le cuesta verlos crecer? Gustavo la mira con intensidad ¿por qué no disfrutar de haber generado tres seres humanos independientes? Con las chicas lo estoy consiguiendo pero verlo a Federico me golpeó. ¿Qué tal si intenta comunicarse con él de adulto a adulto? propone Gustavo mientras recuerda lo difícil que le resulta contactarse con su propio hijo.   Le prometo que lo intentaré.


Desde el domingo que no te comunicás con tus hijos. Martina llora, duerme mal. Nacho ni quiere hablar del tema. ¿Tan poco te importan? Envía el mail sin releerlo. Está agitado. Sale al balcón. Un día precioso. Octubre es el mes más lindo del año, piensa. Recién se da cuenta de que Cecilia no va a estar para el día de la madre. Pobres pibes.

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