Estuve
pensando en lo que me dijo comenta
Daniela. ¿Con respecto a qué? A cuánto dificulté
la relación de Ariel con Lucas. ¿A qué
conclusión llegaste? Recordé los primeros meses del nene; lo veía tan frágil
que me parecía que Ariel era demasiado torpe para sostenerlo, tenía miedo de
que se le cayera. ¿De que lo tirara? aventura él ¡Gustavo, no insista! eleva Daniela el tono de voz. ¿En qué te parece que estoy insistiendo? Ella
frota con la palma de una mano el dorso de la otra. En que yo tenía miedo de que Ariel le hiciera algo. ¿Y era así?
Daniela se abraza a sí misma. Sí dice llorando. ¿Porque lo habías obligado a ser padre? Ella asiente con la
cabeza. ¿Seguís teniendo miedo? No dice entre
hipos estaba loca. Estabas asustada Gustavo
dulcifica la voz tu papá te hizo daño
pero eso no implica que Ariel vaya a dañar a Lucas, tampoco que tu propio padre
pueda ahora dañarlo; estaba enfermo, Daniela, y hace años que ya no lo está;
quizás los cuatro, tu mamá, tu papá,
Ariel y vos, puedan sostenerse para ocuparse juntos de Lucas; un chiquito con
autismo requiere mucha atención, es demasiado para una mujer sola. Aunque
los sollozos de ella no se detienen, a Gustavo, ahora, no le duelen, sabe que
es para mejor. Daniela debe desprenderse de su coraza de autosuficiencia para
poder aceptar la ayuda. La deja llorar sin intervenir. Cuando la ve calmada pregunta ¿el nene comenzó el tratamiento? El lunes
vino a casa la fonoaudióloga, una chica joven como yo. ¿Lo dejaste solo con
ella? Sí, después de un ratito me hizo salir; yo estaba segura de que Lucas iba
a hacer un berrinche, pero no, se ve que está acostumbrada a tratar nenes
así. ¿Cómo te sentiste? Fue muy raro; me
dieron ganas de llorar. ¿Por qué? Daniela
oculta el rostro entre las manos. Su voz apenas se escucha al decir me
sentí desplazada, yo llevaba dos años y medio intentando conectarme con mi hijo
y ella, de la nada, fue aceptada; me dio rabia, dolor y rabia se descubre
la cara y lo mira ya sé que es un
disparate pero es lo que sentí. Es muy valioso que puedas reconocerlo Gustavo
le sonríe ¿cuándo empieza con la
sicóloga? Mañana. Me gustaría que le preguntaras qué opina sobre el
amamantamiento. No hace falta responde ella y mirándolo fijo comenta hace dos semanas que lo desteté. Él se
aclara la garganta.
Gustavo baja las cortinas, cierra la llave de gas,
apaga las luces. Ahora ya no le queda ese ratito que tanto apreciaba antes de
ir a su control. A mi analista, se rectifica. Ya arriba del auto intenta refrescar
la última sesión. Una nebulosa. Sabe que reconoció ante ella que se
identificaba con el marido de Daniela porque el embarazo de Nacho también había
sido accidental. Ana María en el momento de despedirse le encargó que pensara
en algo. No logra recordar en qué.
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