Buenos días lo saluda su padre te pedí que vinieras porque quiero arreglar con vos unas cuantas cosas
y, con los feriados, solo nos quedan un par de días. Se enfrascan en
clientes, pagos y facturas. Al final no
me diste tu opinión con respecto a mi proyecto de sumar otro día al consultorio
se atreve a plantear, de pronto, Gustavo. Creí que te habías olvidado sonríe el padre pero luego, serio comenta estuve
pensando en el tema porque yo te preciso acá todos los días; ya se me complican
demasiado los miércoles; se me
ocurrió que es mejor opción que vengas todos los días por las mañanas, que son
más complicadas, hasta que termina el turno de las 13; por supuesto que ajustando
el sueldo proporcionalmente, porque voy a tener que tomar a alguien, claro, que
ejecute lo que vos le dejes indicado; ya no tengo fuerzas para hacerme cargo de
todo. Gustavo, azorado, descubre dos cosas: que es imprescindible en la
fábrica y que su padre se está poniendo viejo. Me parece una excelente idea, porque, además, el grueso de los
pacientes se concentran por la tarde; en febrero me encargaré de organizar todo
de modo de poder arrancar en marzo. Se te ve entusiasmado comenta el padre cómo me gustaría verte así con la fábrica; porque siempre
trabajaste con mucha eficiencia pero nunca con pasión saca un pañuelo del
bolsillo del saco y se seca la frente
aunque en realidad, a mí me pasó lo mismo Gustavo lo observa, conteniendo
la respiración recién la fábrica se me
metió en la sangre cuando murió tu abuelo. A Gustavo le sale del alma no te vayas a morir, viejo, porque esta
fábrica desaparecería con vos. El padre, cabecea, y dice estoy seguro de que no, esta fábrica le dio de
comer a mi abuelo, a mi padre, a mí y a vos; ¿por qué privarlos a mis nietos y
a los hijos de mis nietos? Gustavo repara en que es demasiado fuerte el
mandato. No puedo prometértelo, papá,
espero que mis hijos puedan, desde un principio, trabajar en lo que les guste. El
padre sonríe. Tendré que captarlo a Nacho
dice ese pibe es una luz para los
negocios, me di cuenta, desde que era chiquito, por las cosas que me pregunta cada
vez que viene a la fábrica,. Gustavo descubre que hay muchas cosas que
ignora de su padre y de su hijo. ¿Me conozco a mí mismo?, se plantea.
Novela por entregas. Gustavo está iniciando su carrera de terapeuta. Miércoles a miércoles, su propia vida y la de sus cinco pacientes se va modificando. ¿Los acompañamos?
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