martes, 12 de agosto de 2014

170

Miércoles 19 de diciembre
Gustavo mira el reloj. Lo sorprende descubrir un 19. No puede creerlo. Menos de una semana para navidad, el fin de año cabalgando. Descubre, también, que todavía no habló con sus pacientes  ni con Ana María sobre las cercanas vacaciones.  Históricamente, en la fábrica, se tomó el mes de febrero. Pero todavía no habló con su viejo al respecto. Hoy es el día D, piensa, y se sorprende por pensarlo. Se despereza y se levanta. Va al baño. Se ducha, se afeita y regresa al dormitorio para vestirse. Ya ni puede deambular en robe.  Cuando pasa por el living descubre las sábanas revueltas. Revueltas y vacías. Abre la puerta de la cocina. Lo envuelve el aroma de las tostadas y el café. Escuché que te habías levantado lo recibe Cecilia. Él se sienta y ella le alcanza la taza. Ya le puse azúcar informa.  Gustavo unta la tostada con minuciosidad. Anoche hablé con Martina dice Cecilia. Gustavo deja el pan sobre el plato y la mira. Le expliqué que ella ya está mucho mejor y que ya no hace falta que me siga quedando; protestó un poco pero lo entendió.  A él le café se le revuelve en el estómago.  ¿Llegó Ricardo? pregunta. Ella lo mira desde una altura infinita, califica él. ¿Qué tiene que ver Ricardo en todo esto?, ¿te parece que influyó en alguna de mis actitudes desde que se enfermó la nena? agita la cabeza no entendés nada de nada. Él se siente tan avergonzado. Perdoname pide. No me quedo en esta casa porque cada minuto me resulta insoportable, te aseguro que solo por Martina pude sobrellevar la semana; mañana empiezo a trabajar, me iré temprano; ya arreglé con Juana, vendrá a las siete y media; después combinará con vos; mamá prometió pasar un rato todas las mañanas y la tuya, por las tardes; Nacho se comprometió a no dejarla nunca sola; es increíble cómo maduró. ¿Adónde vas a vivir? Por ahora en lo de mis viejos pero en cuanto pueda ocuparme me alquilaré un departamento con lugar para que se queden los chicos. Y para que se quede él dice Gustavo y se arrepiente antes de terminar de decirlo perdoname la intromisión intenta reparar el error pero no me cae muy bien que confraternice con mis hijos. Si esa es tu preocupación, quedate tranquilo dice ella con la voz crispada ya no tengo nada que ver con él luego se levanta diciendo me parece que escuché a la nena. Gustavo se queda sentado, incapaz de reaccionar. Instantes después ella regresa. Era Lacán informa no la deja ni a sol ni a sombra; quería decirte que sigue en pie mi ofrecimiento de aportar para los chicos. Se te va a complicar con el alquiler comenta él. Tengo unos ahorros, además en un año a mi viejo se le vacía un departamento, ya me lo ofreció. Gracias. Es lo menos que puedo hacer  dice ella y sale. 

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