viernes, 22 de agosto de 2014

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¿Por qué estás acá? le pregunta su madre mientras sirve el arroz con leche. Gustavo inspira hondo. Era obvio que la cena no le saldría gratis. Me imagino que no es porque tenías ganas de verme. No empieces, mamá. ¿Cómo están las cosas con Cecilia? Ya te dije, estamos distanciados. Pero Cecilia se está quedando en tu casa. Parece que no conocieras el estado de Martina. A Martina la conozco, sí, pero a vos te conozco mejor. Basta, mamá, siempre te la arreglás para arruinar todo. Claro, porque fui yo la que alejó a Cecilia. Dejá de decir disparates. Es que vos no comprendés a las mujeres. Gustavo se incorpora y deja la servilleta sobre la mesa. Mejor me voy. Qué raro yéndote, vos, parece que no supieras hablar, no entiendo cómo te la arreglas con tus pacientes. Él agarra sus cosas y se dirige hacia la puerta. Esperá dice ella mientras va hacia la cocina te preparo un poco de arroz para los chicos; les encanta.

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