miércoles, 29 de mayo de 2019

89


Miércoles 17
Gustavo acciona la tostadora nueva. Cuatro rebanadas de pan. Un solo Nesquik. Frío. Nacho se sienta, los ojos hinchados de sueño. ¿Descansaste bien? le pregunta él. Recién me dormí a las cuatro informa el chico. Me hubieras avisado, estaba desvelado. Nacho, ahora lo mira con atención. ¿Tenés insomnio? pregunta. A veces confiesa él. Marti también, yo la escucho. ¿Qué escuchás? Cuando da vueltas en la cama  dice mientras mastica y luego comenta qué loco, a los tres  nos cuesta dormir y nunca decimos nada. El chico toma un trago de leche y luego indaga ¿mamá va a volver? ¡Claro!, ¿por qué preguntás eso? Nacho se encoge de hombros y parándose dice  vamos, que es tarde.

Me parece que Nacho se dio cuenta de algo comenta Gustavo. Santiago baja la taza y lo mira con interés.  Está muy enojado con la madre.  Tal vez porque ella se está comunicando poco comenta Sntiago ¿le preguntaste? Sí, pero sabés como es tu ahijado: una momia. Pensé que estaba un poco mejor con vos. Mejor está, tengo que reconocer admite Gustavo.  Quizá seas vos el que está precisando más contacto con él sugiere su amigo.  Gustavo lo mira con extrañeza.  No sé para qué voy a lo de Ana María si vos siempre me cantás la justa. Todavía no te pasé los honorarios bromea Santiago. Ambos ríen.


Gustavo y Natalia, en la secretaría, retiran la certificación del curso.  Caminan luego por Pueyrredón hasta Pertutti. Mientras comparten una pizza se ponen al día con las novedades de sus respectivos consultorios. Se produce, luego, un silencio incómodo.  Ya no nos veremos declara ella.  ¿Por qué? la rebate él me quedaría sin saber cómo van evolucionando tus pacientes. Ella sonríe. No nos conocemos agrega ella.  Soy de capricornio informa él. Ríen.  Solo sabrás cuál es mi signo cuando me invites a cenar. Hecho dice él mientras piensa  cómo se arreglará con los chicos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario