viernes, 28 de junio de 2019

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María Inés se presenta, nuevamente, en jeans y zapatillas, la cara lavada. Volví a soñar con las estrellas informa ni bien se sienta sobre las piernas recogidas. Gustavo, entusiasmado, comprueba que lo esencial siempre retorna.  Todo era igual que la otra vez hasta que, en un momento, las estrellas se transformaron en ojos. Ajá comenta Gustavo los ojos solo pertenecen a personas o a animales. Eran ojos de persona se apresura a aclarar ella. ¿De una persona o de varias? Eran muchos pero yo sabía que eran de una única persona. Vamos bien, evalúa Gustavo, debo evitar cualquier torpeza. Los ojos pueden ser de hombres o de mujeres. O de chicos rectifica ella. ¿Eran ojos de una criatura? Ella niega con la cabeza y agrega me parece que eran de hombre, porque eran muy grandes y muy oscuros. ¿Solo los hombres tienen ojos grandes y oscuros? No reconoce ella. Pero a lo mejor vos conocías utiliza adrede el pasado algún hombre con ojos particularmente grandes y oscuros.  Puede ser solo dice ella.  ¿De qué color tiene los ojos tu papá? Azules; mi hermano también; yo los tengo negros como mi mamá. Si tu hermano tiene ojos azules habría alguien de la familia de tu mamá con ojos claros. Sí, mi abuela, celestes los tiene. Entonces tu abuelo los tenía oscuros. Sí  reconoce María Inés me acuerdo bien eran muy oscuros, negros como los míos y luego calla, la vista perdida en la ventana.  ¿Podría ser que los ojos de tu sueño fueran los de tu abuelo? Ella sigue inmersa en su silencio. María Inés ella, entonces, lo mira ¿cómo estabas vestida en tu sueño? Estaba desnuda informa.  Gustavo decide arriesgarse. Estabas desnuda y tu abuelo te miraba hace una pausa ¿por qué caminabas? Ella esconde la cara entre las dos manos porque él me pedía; siempre que mi abuela salía me hacía desnudar y me pedía que caminara. ¿Te tocaba? aventura. A mí, no. ¿A quién entonces? Él se tocaba María Inés solloza. A Gustavo le cuesta entenderle. Me hacía caminar desnuda, se abría la bragueta y mientras se tocaba me decía ¨sos tan linda que estás hecha para mirarte y gozar¨; cuando eyaculaba me ordenaba ¨anda vestirte que va a venir la abuela; ya sabés que no tenés que decirle nada; este es un juego entre los dos¨. ¿Y cuándo terminaron estos episodios? Cuando él se murió, yo tendría unos seis años y ya casi no me lo hacía porque ya iba al colegio y no nos quedábamos solos; ¿sabés, Gustavo?, me puse muy contenta cuando murió; mi mamá lloraba, mi abuela lloraba, hasta mi hermano lloraba  y yo sonreía; escuché que la abuela le decía a mamá  ¨esta nena no tiene sentimientos, el abuelo la adoraba¨.  ¿Nunca se lo contaste a tu mamá? Es la primera vez que se lo digo a alguien, ya me había olvidado de todo dice. Pero lo seguiste actuando ella lo mira, las cejas arqueadas seguís caminando por el mundo ofreciendo tu belleza a la mirada del otro, para que sea el otro quien se satisfaga, sin que vos obtengas a cambio, placer alguno. La mira intensamente y luego determina vamos a dejar acá.


Gustavo está azorado. ¿Será mi propia movilización la que está provocando está cadena de profundas revelaciones?, piensa, ¿yace en mí el poder? Por el poder de Grayskull recuerda. Él era He-man y Santiago, Skeletor. Una sonrisa flota en sus labios solo unos segundos. Estoy agotado, piensa y se pregunta cuánto más tiene para dar. Qué día. Los chicos, Natalia, Laura y su hijo, Camilo y su hermanita, María Inés y su abuelo. ¿Con qué pariente se enfrentará Raúl?, piensa cuando escucha el timbre.

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